Todas las personas tienen un punto G
¿Sabías que todas las personas tienen un punto G? Descubre la verdad detrás del mito
Explorar el cuerpo es explorar el placer. Y el placer, cuando se comprende, transforma la salud, la autoestima y la conexión con el otro.
La salud sexual va mucho más allá del acto en sí: es conocimiento, es conexión emocional y también física. Durante años, el punto G ha sido un tema envuelto en misterio, mitos y malentendidos. ¿Solo las mujeres lo tienen? ¿Dónde está realmente? ¿Es una fantasía o una realidad científica?
En este artículo te revelaremos lo que muchos no saben: el punto G no es exclusivo de las mujeres. Hombres, personas no binarias, todas las corporalidades tienen zonas erógenas altamente sensibles que pueden desencadenar placer profundo… si se conocen y se exploran con respeto.
1. ¿Qué es realmente el punto G?
El punto G, también conocido como "punto Gräfenberg", fue descrito por primera vez por el ginecólogo Ernst Gräfenberg en la década de 1950. Es una zona erógena localizada dentro de la vagina, a unos 3-5 cm de la entrada, en la pared anterior. Su estimulación puede generar sensaciones intensas y, en algunos casos, orgasmos distintos al clitoriano.
Pero con los años, los estudios han revelado que más allá del punto G vaginal, existen zonas comparables en otras anatomías. En los hombres, la zona equivalente se encuentra en la próstata, accesible a través del recto, y muchas personas la llaman el "punto P".
2. Neurociencia del placer: más allá de los genitales
La ciencia ha demostrado que el placer no está localizado solo en una parte del cuerpo, sino que involucra una red de terminaciones nerviosas, hormonas y estímulos cerebrales. El cuerpo humano tiene más de 8 zonas erógenas principales y muchas más que varían entre personas.
Cuando hablamos del punto G, estamos hablando de una zona con mayor densidad de terminaciones nerviosas, conectada con el sistema urogenital y zonas del cerebro asociadas al placer, la recompensa y la memoria emocional.
3. ¿Y en los hombres? La próstata como centro de placer
Aunque la conversación sobre el punto G suele girar en torno a los cuerpos femeninos, cada vez hay más apertura a hablar del punto P o la próstata como una zona de alto potencial erótico en cuerpos masculinos. La estimulación prostática puede generar orgasmos sin eyaculación y sensaciones completamente diferentes a las conocidas.
La clave está en la educación sexual integral: eliminar el tabú, fomentar la exploración segura y abrir el diálogo en parejas.
4. Placer inclusivo: toda persona merece conocerse
Hablar del punto G no es solo un asunto físico: es político, emocional y cultural. Porque cuando una persona se atreve a explorar su cuerpo sin culpa ni vergüenza, se empodera. Cuando una pareja se permite hablar de sus zonas sensibles sin burlas, se fortalece.
Todas las personas, sin importar su género, pueden descubrir zonas de alta sensibilidad. El punto G es una invitación a dejar de vivir la sexualidad en piloto automático y empezar a sentirla de forma consciente.
✨ 5. Cómo explorarlo (con respeto y seguridad)
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Informarse primero: usar fuentes confiables y evitar pornografía como guía.
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Lubricación: esencial para evitar molestias, especialmente en zonas internas.
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Comunicación: entre parejas o con uno mismo, hablar lo que gusta y no.
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Ritmo y respiración: la respiración acompaña el proceso y mejora la experiencia.
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Consulta profesional: en caso de dudas físicas o bloqueos emocionales, acudir a terapeutas sexuales o médicos especializados.
Conclusión: El punto G existe... y está esperando ser descubierto
Tu cuerpo no es un enigma imposible. Es un mapa de placer, bienestar y autoconocimiento. El punto G —en todas sus versiones y zonas— es solo una puerta más para reconectar con tu intimidad, tu pareja y tu salud sexual.
Atrévete a explorarte. Habla. Pregunta. Descubre. Porque conocer tu cuerpo es una forma de amor propio.
Doctora Klara Senior / @doctoraklarasenior
Formación en Psicoterapia Gestalt / Coach de Salud, Vida y Sexualidad
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